número 35 (3) / 1995
Manuel Fernandez-Miranda Fernandez, in memoriam Manolo Fernandez Miranda nació en Gijón en Octubre de 1946, de una família de clase media que pasó estrecheces para que la generación de su padre estudiara. La temprana muerte del abuelo dejó a la família sin recur-sos, y el padre, químico de profesión, ayudó expresamente a sus hermanos. Alguno de los ellos, Torcuato, el que fué Vicepresidente del Gobierno, lo comentaba y agradecía siempre. D. Manuel padre era el mayor de los hermanos, y Manolo el mayor de los sobrinos. D. Manuel era químico en Gijón, profesor de la Escuela de Peritos, del Instituto Jovellanos y del Colegio de la Inmaculada. Era un ilustrado gijonés, que llamava a los de Oviedo «nuestros hermanos del sur», y ejercía de costero. Sólido, afable y seria guasón, imaginativo y carifioso, D. Manuel. Manolo le debía bastantes de sus condiciones de carácter, más explosivas en su caso y más calladas y suaves en el de su padre y amigo. Manolo vino a Madrid temprano, para jogar al balonmano en los campeonatos escolares del afio 60 o 61, no lo recuerdo bien, pero yo también estuve en esa convocatoria. El afio 63 vino definitivamente a estu-diar la carrera de Filosofía y Letras y aquí permaneció siempre, muy arrai-gado en la vida capitalina, muy necesitado de bullicio y relaciones públicas, siempre activo y metido en cien cosas. En Madrid, Manolo hizo, entre otros, una serie de amigos en la Univer-sidad, que continuaron siéndolo al cabo de los afias, a pesar de dedicarse a lo mismo y de proponer una posible competencia, a la que él era muy sensible. Entre aquellos de entonces y de los de después, me cuento. Desde el segundo curso de la carrera hasta la actualidad nuestras vidas han estado relacionadas de cerca, con las alternancias de cualquier relación profunda que es capaz de sobrevi vir tanto tiempo y bien. Aquella fué la generación del 68. La del momento de la gran eclosión universitaria, la de la respuesta contra la dictadura franquista, la de los suefios y las enormes esperanzas, la de la neurosis y la contestación en todas las actividades. La realidad se nos ofrecía a raudales y creíamos que podíamos dominaria. Toda entera había que revisaria, Dias, família y Patria incluídos. La amistad era un valor incontestable, la relación de pareja varia-ble, la sexual casi milagrosa, el dinero despreciable, la renovación de la sociedad urgente y necesaria, la solidaridad imprescindible, la verdad inevi-tablie y valiosa, la ciencia histórica una ilusión inmediata, una pasión, un modo de ver la vida. Manolo tradujo, con la ayuda de algunos mas, las pintadas del Mayo francés. En Gijón teníamos un grupo libertario en el que aprendimos vivencias y solidaridad. En la Universidad colaboramos con las organizaciones de la época, más o menos clandestinas, corrimos delante de los grises y nos deprimimos entre copas por la situación del país. Poco queda de lo que entonces creíamos. Poco se conseguió. Los ilusionados jovenes de antaño son hoy calvos y gordos señores que tienen mucho que conservar. Su solidaridad se ha convertido en individualismo salvaje y el dinero ha ocupado el puesto de la transformación de Ia socie-dad. Son nuestros compañeros, nuestros coetáneos, los causantes de la situación actual, los que hoy son capacesde justificar lo injustificable, lo que nos convirtieron en una sociedad mercantilista y no respetan la hacienda del vecino. Con Manolo y otros buenos amigos creíamos que esto no debía ocurrir. El ya no puede ayudarnos. Manoio era volcánico, apasionado, expansivo, terriblement reservado, caprichoso, imaginativo, travieso y trabajador. Siempre mantenía abiertas varias actividades al mismo tiempo. Probablemente cada una la permitia huir de las demás. En la Universidad estudió bien, de modo regular, como lia mayor parte de nosotros, pero bien. Tenía una gran capacidad de síntesis y hacía unas pequeñas fichas, consecuencia de las largas noches de estudio primaveral centraminado, que no había cristiano que entendiera. Juan Pablo, Ricardo, él y yo nos presentamos a la mayor parte de los catedráticos, solicitando trabajar con ellos. El y yo nos decantamos hacia la Prehistoria, por interés hacia da materia, y por lo que tenía de vital y campestre, no especialmente por la enseñanza que recibimos. Al terminar la carrera en el 68 seguimos con la corbata y comenzamos a dar clase en la Complutense. Manolo siguió casi siempre en la casa madre. Era e! másalmagrista de los discípulos de Almagro. preparó un curriculum abundante y fué Profesor Agregado de su Universidad, la Complutense, diez años después. Su carrera fué fulgurante. Su haver brillante y exitoso, sus relaciones cada dia mejores. La Universidad, sín embargo, pronto quedó pequeña para Manolo. Deseaba un ámbito mayor. Comenzó como Subdirector General de Arqueo-logía con la UCD, nombrado por nuestro amigo y compañero de un año superior Javier Tusell, y continuó como Director General de Bellas Artes con ei primer gobierno Socialista, haciendo cosas de evidente interés, como la Ley del Patrimonio, de la cual fué el auténtico responsable. En los últimos años, siempre citaba aquella actividad como: «... el mal momento en el que se me ocurrió meterme en política...», Manolo era un profesional de la Prehistoria que en un mal momento decidió meterse en política, de Ia que salió con la misma rapidez y violencia con la que había entrado, tras una dimisión tajante y sonada que le malquistó para siempre con muchos mandos del partido del gobierno. Sin embargo había mucho de! roido y de la agiltación de la política, administración, o vida pública, que Manolo necesitaba para sobrevivir. Al volver a la vida universitaria, y al peculiar Departamento de Prehis-toria de la Universidad Complutense, conseguió mantener aún una atadura con la vida pública, a través de la Fundación Ortega y Gasset, comandada por otro de nuestros amigos de la carrera, Pepe Varela. Allí siguió excedién-dose en trabajo, trato, montajes, relaciones y vida poco organizada. Entregó mucha vida y mucha ilusión en esa actividad y la puso por deliante de las demás. Espero que sepan agradecérselo. Llevaba ya diez anos mal dei corazón, tenía hipertensíon crónica, no podia esttar al sol en las excavaciones. Encontró en esos anos un equipo de trabajo, bueno, capaz y trabajador, al que aportaba su colaboración, pero que además lo mimaba y protegia. Con el produjo excelentes trabajos cientí-ficos. Fué su mejor momento. Estaba más tranquilo, había aceptado gran parte de esa realidad de la que tanto había huido, y lo que hacía era impor-tante, menos triunfal que en su brillante principio, pero sólido y posado. Manolo colaboró en la formación de abundantes equipos de investi-gación. Cuando murió le quedaban Concha, Pachula, Germán, Javier, María, Alicia, y en ocasiones, y para temas canarios yo mismo, pues, a pesar dei transcurso del tiempo, seguimos colaborando. Nos habíamos acostumbrado a hacedo y respetábamos muy mucho nuestras diferentes posiciones. Dirigió muchas tesis doctorales, algunas de profesionales que hoy son de importancia. Tuvo muchos alumnos, algún discípulo. Tuvo muchos amigos, algunos muy buenos. Tuvo amores, variables, hasta la tranquilidad final. Vivió muy intensamente, deprisa, de modo excesivo, poco previsor. Era fuerte. Parecía que lo iba a aguantar todo. No ha sido así, Manolo, también muere la gente como tú. Te llevas una parte fundamental de nuestra vida. Te vamos a echar de menos, Manolo, amigo. Madrid, 5 de Septiembre de 1994 Rodrigo de Balbín Behrmann Universidad de Alcalá de Henares Secretário-Geral do Congresso para Espanha |
(clique na imagem para download do volume 35 (3) da revista TAE)
Preâmbulo Vítor Oliveira Jorge Contextualización cultural del conjunto industrial achelense del Embalse de Urrúnaga (Alava) en el marco del Pais Vasco Peninsular Javier Fernandez Eraso, Andoni Saenz de Buruaga, Tomás Urigoitia Sílex y lustre térmico en el Paleolítico medio. ¿Alteración o técnica de talla? El ejemplo de Mediona I (Ali Penedès, Barcelona) Ignacio Clemente Conte Las placas decoradas de la cueva de La Hoz (Sta. María del Espino, Guadalajara): un ejemplo de arte mobiliar paleolítico en la Meseta Castellana Rodrigo de Balbin Behrmann, Jose Javier Alcolea Gonzalez, Luis Afonso Cruz Naimi El yacimiento rupestre paleolítico al aire libre de Siega Verde (Salamanca, España): una vision de conjunto Rodrigo de Balbin Behrmann, Jose Javier Alcolea Gonzalez, Manuel Santonja Gomez Propuesta metodológica para el estudio analítico de los útiles pulimentados Blanca Pastor, Altor Ormazabal A Pré-história recente da Serra de Sicó Maria Helena Moura, Thierry Aubry Anta da Arquinha da Moura (Tondela) Ana Leite da Cunha Aportaciones del monumento de Dombate al megalitismo noroccidental: dataciones de carbono y su contexto arqueológico Fernán Alonso Mathias, José Maria Bello Diéguez Mamoa V de Chã de Arcos - Baião. Primeira notícia Margarida Moreira, Lourença Carneiro Escavação da Mamoa 1 do Alto da Portela do Pau (Castro Laboreiro, Melgaço) - 1992 Vítor Oliveira Jorge, Eduardo Jorge Lopes da Silva, António Martinho Baptista, Susana Oliveira Jorge Mamoas 1 e 2 do Alto da Portela do Pau (Castro Laboreiro, Melgaço): resultados preliminares do estudo antracológico Isabel Figueiral Novos dados sobre o povoamento da região de Alcalar (Portimão) no IV e III milénios a. C. Rui Parreira, Francisco Serpa A cerâmica de Castelo Velho (Freixo de Numão, V.ª N.ª de Foz Côa) Maria das Dores Cruz Petroglifos: aproximación a la interpretación. El modelo Riscal José Maria Chacón Cano, Luis Iglesias Garcia, Gonzalo Queipo de Llano Martínez Imagen y sociedad en la Edad del Bronce de Galicia J. M. Vásquez Varela El poblamiento durante la Edad del Bronce en la Mancha Oriental (Prov. Albacete). Hipotesis de estudio y primeros resultados Manuel Fernández Miranda, M.ª Dolores Fernández Posse, Antonio Gilman, Concepción Martín Sobre las coordenadas culturales dei horizonte «tartessico» Juan Pedro Garrido Roiz Ânforas do Vale do Tejo. As olarias da Quinta do Rouxinol (Seixal) e do Porto dos Cacos (Alcochete) Jorge Manuel Cordeiro Raposo, Armando José Gonçalves Sabrosa, Ana Luísa Castanheira Duarte Contexto, procedencia y contenido a partir de nuevas técnicas de análisis: un conjunto de ánforas de Puente Tablas (Jaén) C. Rísquez, A. Sánchez, M. L. Cañabate BCP - Uma unidade de salga de peixe na Rua Augusta, Lisboa Jacinta Bugalhão, Armando Sabrosa Duratón, município romano. A propósito de un fragmento inédito de ley municipal Javier del Hoyo La ciudad tardía en Hispomia: problemas metodológicos Adela Cepas Palanca Lisboa muçulmana. Um espaço urbano e o seu território Cláudio Torres O povoamento da área de Aljustrel Artur Martins, João Muralha, Alexandra Estorninho, Carlos Ramos Análisis de un elemento del vestuário militar altomedieval peninsular Juan Millian Crespo Pautas de poblamiento, definición dei espacio y adaptación al medio. La Cuenca del Alagón (Salamanca) hasta el siglo XIII Luis Serrano-Piedecasas Fernández Elementos para o estudo do povoamento medieval do concelho de Figueira de Castelo Rodrigo, distrito da Guarda Michael Mathias Intervenção arqueológica na Casa do Infante (Porto). Avaliação do projecto em Dezembro de 1994 Manuel Luís Real, Paulo Dordio Gomes, Ricardo Jorge Teixeira, Maria do Rosário Melo Caracterização química ale cerâmicas calcolílicas da Anta l de Val da Lage e do povoado do Maxial (Alio Ribatejo) João P. P. de Freitas Coroado, João M. Peixoto Cabral |